22 de marzo Día Mundial del Agua

Este año el Día Mundial del Agua tiene el objetivo de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y fomentar la Gestión Sostenible de los recursos de agua dulce como un bien escaso e insustituible y como fundamento de la vida en el planeta, siendo indispensable su protección y conservación en todos los pueblos del mundo, para mantener el equilibrio de los ecosistemas.

El Día Mundial del Agua se propuso en 1992 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992 en Río de Janeiro con el propósito de generar estrategias que mejoren las condiciones de vida de las poblaciones que enfrentan problemas relacionados al agua, a objeto de garantizar que llegue a todas las poblaciones del mundo, con potabilidad, suministro continuo, racionalidad y en aras de su conservación, ante la amenaza del calentamiento global, remarcando que si bien el 71% de la superficie terrestre está cubierta de agua, solo el 2% es potable (dulce).

Desde la declaración del Día Mundial del Agua cada año ha estado dedicado a una problemática en particular el 2017 es de “Las aguas residuales y el ciclo del agua” debido al crecimiento demográfico, la urbanización acelerada y el desarrollo económico, la cantidad de aguas residuales generadas y su carga contaminante general están aumentando a nivel mundial; descuidando seriamente la gestión de las aguas residuales, que están enormemente infravaloradas como fuente potencialmente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables; por lo que urge impulsar tratamientos y reutilización en ciudades en expansión, agricultura sostenible y mejorar la producción energética y el desarrollo industrial.

El 2007 el Día Mundial del Agua fue ya una llamada mundial para “Afrontar la escasez de agua” y la amenaza creciente del desabastecimiento a nivel mundial y ante la necesidad de cooperación e integración mayor entre los Estados para garantizar que el agua llegue a todas las poblaciones del mundo con gestiones sostenibles, eficientes y equitativas de los escasos recursos hídricos, tanto a escala internacional como local, por lo que el Estado Español crea el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) como un instrumento de la Cooperación Española con el objetivo asegurar el acceso a agua potable y saneamiento a las poblaciones más necesitadas de América Latina y el Caribe; y sobre todo, ante la carencia servicios básicos que mantiene a millones de personas en la pobreza, con impactos negativos en la salud, la educación, la igualdad de género, y la sostenibilidad del medio ambiente en la región.

Desde el año 2009 el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento trabaja con el gobierno de Bolivia que ha priorizado el acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento dentro de sus políticas de desarrollo y de lucha contra la pobreza, a través del Plan Nacional de Saneamiento Básico (PNSB) para garantizar el derecho humano al agua, máxime cuando Bolivia es uno de los países prioritarios de la Cooperación Española y recibe una parte sustancial de los apoyos del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, los que ascienden a 200 millones de dólares.

El Fondo apoya al gobierno central a través del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), así como a los gobiernos locales y la sociedad boliviana para subir los niveles de cobertura de los servicios de agua y saneamiento en las zonas más necesitadas y entre las poblaciones más vulnerables. Para que los proyectos sean sostenibles, el Fondo incluye tecnologías apropiadas y fuertes componentes de capacitación institucional a todos los niveles, así como educación, higiene y medio ambiente para las comunidades receptoras.

VºBº FS/17mz.2017